Nuevamente como cada tres de mes, nos reunimos para recordar a nuestros familiares. Nuestra sociedad necesita recordar que han pasado tres años, desde aquel 3 de Julio de 2006 donde 43 convecinos murieron y 47 resultaron heridos en el brutal accidente causado por la desidia y falta de compromiso social de nuestras autoridades políticas.
Pero ellos siguen vivos en nuestros corazones, por eso seguiremos trabajando y luchando para intentar no vuelva a ocurrir una tragedia como la que ellos sufrieron.
Cuando la tragedia no puede ser tenida como no existente, entonces se le cubre con un velo, con un disfraz (siempre llevare a las victimas en mi corazón). Esto deja asomar algo de la tragedia, pero no lo hondo de ella.
Las victimas y familiares necesitábamos unos brazos que nos bajasen del dolor, que nos ayudasen a soportarlo, unos hombros donde reposar la cabeza, donde poder dejar caer nuestras lagrimas; alguien que nos pidiese disculpas por el error causante de nuestra desgracia, pero solo recibimos silencio y soledad.
Lo mas doloroso, es que tras tres años, las victimas y familiares continuamos esperando la verdad y la justicia. La herida seguirá abierta mientras no se consiga esta doble reivindicación, pero seguiremos con la esperanza de construir un futuro mejor, mas humano y humanizado para devolver a las victimas la palabra, el consuelo y la dignidad. Ninguna familia va a sentirse desamparada por que seguiremos todos juntos, a pesar de vivir en una sociedad capaz de olvidarse y pasar ante hechos como este.
Una y otra vez diremos que a estos hombres y mujeres, les cortaron su vida la mala gestión en Ferrocarriles de la Generalitat y nosotros seguiremos exigiendo la verdad y medidas para que nadie mas pase por lo que nosotros pasamos.
Igual que Jesús en calidad de humano llego a la cruz para salvarnos, nosotros seremos la voz de los sin voz exigiendo la verdad de su muerte y medidas para que no vuelva a ocurrir, pues después de tres años de su desgracia, esta sin aclarar cuales fueron las causas.
Antes de comenzar esta eucaristía, junto a Cristo que supo de dolor y agravio, vamos a realizar un minuto de silencio, uniéndonos en espíritu a nuestras familiares.
- Pongámonos de pie – (un minuto de silencio)
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