ROSA
GARROTE Secretaria Asociación Víctimas Metro
“Necesitamos conocer la verdad, seguimos
esperando respuestas”
El 3 de julio de 2006
se paralizó el tiempo en la estación de metro de Jesús. Después de más de 7
años de lucha constante, la Asociación Víctimas Metro 3 Julio (AVM3J) ha conseguido que la Audiencia Provincial
reabra la investigación del fatídico accidente en el que 43 personas perdieron
la vida y 47 resultaron heridas. (Entradilla)
Entre sonrisas y
lágrimas Rosa Garrote, secretaria de la AVM3J,
nos ha descrito el momento en el que familiares y víctimas conocían el
auto de la sección segunda de la Audiencia Provincial. El pasado 20 de enero la
ilusión invadió la sede de la organización, ese fue el día en el que por
primera vez la justicia valenciana les “tendía la mano”. La Audiencia en su auto ha exigido “buscar la
verdad” y “agotar la investigación”. Además, el tribunal ha instado a la
magistrada instructora a seguir una serie de diligencias. “Ahora que la jueza
no tiene más remedio que obedecer las indicaciones, esperamos conseguir más
información y poder conocer la verdad”.
El vagón destruido, un
libro de averías desaparecido, testimonios acallados…Quizá ha pasado demasiado
tiempo para realizar una investigación “propia” de las causas del accidente,
más si se tiene en cuenta que faltan las piezas más importantes de este puzle.
La declaración del pasado día 13 ha revelado que una balona (pieza de
amortiguación) apareció cercana a la estación de Plaza España. Para Garrote, estos hechos indician que la
pieza se desprendió al comenzar el descarrilamiento, pudiendo provocar el
ladeado del tren y su vuelco. Así se podría explicar por qué la segunda unidad
de vagones, entrando en la curva también con exceso de velocidad, no
descarriló. Hasta el momento solo se conocía que una baliza hubiera evitado el
accidente, que la lectura de la caja negra se hizo sin presencia judicial y que
ese mismo tren había descarrilado antes. Todas las declaraciones contradicen la
“versión oficial” que realizó la Generalitat días posteriores al accidente.
Después de tantos años,
lo que empezó como una búsqueda de respuestas se ha convertido en un “tira y
afloja” con el Gobierno Valenciano. La Generalitat no ha querido reconocer que
el accidente se podía haber evitado. Además, el Consell orquestó una estrategia
de silencio para acallar las voces de testigos, responsables, familiares y
víctimas. “Después de ver como se han burlado de nosotros y de todos los
valencianos necesitamos conocer la verdad y que reconozcan públicamente todos
hechos”.
Ahora el caso está en
manos de la justicia valenciana, nuevamente, y será ella la que juzgue y dicte
sentencia. Por el momento, “nosotros continuamos esperando respuestas”.