Han pasado ya 28 meses desde que ocurrió el accidente que mató a 43 personas y dejó 47 heridos, y seguimos esperando respuestas.
28 meses sufriendo el desprecio de nuestros dirigentes políticos, que en cuanto comprobaron que sólo éramos un grupo de familiares, pasaron de nosotros y nos ignoraron por completo, hasta que llegaron las elecciones; entonces sí que se acordaron de nosotros para decir ante la prensa “que nos llevan en el corazón”
28 meses llenos de sucesos que deberían haber llamado la atención de los medios de comunicación, pero que se han silenciado:
Empezando por el desvío del dinero que en 2001 el gobierno central pagó a la Generalitat Valenciana destinado a la Consellería de Infraestructura y Trasporte, y que nunca llegó. Esto trajo como consecuencia la falta de inversiones en la red de metro.
Tampoco se realiza ninguna auditoria externa de las cuentas ni de la gestión de FGV, a pesar del fatídico accidente que costó la vida a 43 personas, y dejó 47 heridos.
Luego vino la Comisión de Investigación en la que se vetaron a todos los técnicos aportados por la oposición, y sólo se tuvo en cuenta los informes aportados por FGV, precisamente la empresa a la que se estaba investigando.
No hay dimisiones ni se asumen responsabilidades, al contrario, al entonces Conseller de Infraestructuras y Trasporte, García Antón, le “premian” con una consellería más importante.
En Enero de 2007 pedimos al Presidente de la Generalitat, Francisco Camps, que nos reciba para poder exponerle todas nuestras preocupaciones, y todavía no nos ha contestado.
Y en Marzo la juez Nieves Molina archiva por 1ª vez el caso, sin tener en cuenta la falta de medidas de seguridad.
Y a pesar del malestar de las familias de las víctimas, la fiscalía manifiesta su conformidad.
El perito declara que “de haber estado programada la baliza ya existente, el accidente no se hubiese producido”. Y aún así, la juez archiva el caso definitivamente, sin ver ninguna responsabilidad en que la dirección de FGV “olvidase” o decidiese que la Línea 1 quedase sin protección.
Y para terminar estas irregularidades, FGV desguaza el vagón del accidente a pesar de existir varios recursos respecto al archivo de la causa penal. FGV destruye la única prueba que quedaba del accidente.
Porque hay que recordar que todavía no han aparecido ninguna de las 3 copias del libro de averías, y que sólo nosotros hemos denunciado este hecho.
Y son todas estas razones las que nos motivan para seguir viniendo aquí cada día 3.
No podemos permitir que el accidente se olvide. La memoria de esos 43 fallecidos y de los 47 supervivientes, nos empuja a seguir denunciando todas estas irregularidades.
No vamos a desistir en nuestro empeño para que toda la verdad sobre el accidente del 3 de Julio salga a la luz, a pesar del empeño de la juez Nieves Molina, de los dirigentes de FGV y del propio Gobierno Valenciano, en tapar toda la información y quitarle importancia al accidente.
No nos vamos a cansar.
SEGUIMOS ESPERANDO RESPUESTAS.
28 meses sufriendo el desprecio de nuestros dirigentes políticos, que en cuanto comprobaron que sólo éramos un grupo de familiares, pasaron de nosotros y nos ignoraron por completo, hasta que llegaron las elecciones; entonces sí que se acordaron de nosotros para decir ante la prensa “que nos llevan en el corazón”
28 meses llenos de sucesos que deberían haber llamado la atención de los medios de comunicación, pero que se han silenciado:
Empezando por el desvío del dinero que en 2001 el gobierno central pagó a la Generalitat Valenciana destinado a la Consellería de Infraestructura y Trasporte, y que nunca llegó. Esto trajo como consecuencia la falta de inversiones en la red de metro.
Tampoco se realiza ninguna auditoria externa de las cuentas ni de la gestión de FGV, a pesar del fatídico accidente que costó la vida a 43 personas, y dejó 47 heridos.
Luego vino la Comisión de Investigación en la que se vetaron a todos los técnicos aportados por la oposición, y sólo se tuvo en cuenta los informes aportados por FGV, precisamente la empresa a la que se estaba investigando.
No hay dimisiones ni se asumen responsabilidades, al contrario, al entonces Conseller de Infraestructuras y Trasporte, García Antón, le “premian” con una consellería más importante.
En Enero de 2007 pedimos al Presidente de la Generalitat, Francisco Camps, que nos reciba para poder exponerle todas nuestras preocupaciones, y todavía no nos ha contestado.
Y en Marzo la juez Nieves Molina archiva por 1ª vez el caso, sin tener en cuenta la falta de medidas de seguridad.
Y a pesar del malestar de las familias de las víctimas, la fiscalía manifiesta su conformidad.
El perito declara que “de haber estado programada la baliza ya existente, el accidente no se hubiese producido”. Y aún así, la juez archiva el caso definitivamente, sin ver ninguna responsabilidad en que la dirección de FGV “olvidase” o decidiese que la Línea 1 quedase sin protección.
Y para terminar estas irregularidades, FGV desguaza el vagón del accidente a pesar de existir varios recursos respecto al archivo de la causa penal. FGV destruye la única prueba que quedaba del accidente.
Porque hay que recordar que todavía no han aparecido ninguna de las 3 copias del libro de averías, y que sólo nosotros hemos denunciado este hecho.
Y son todas estas razones las que nos motivan para seguir viniendo aquí cada día 3.
No podemos permitir que el accidente se olvide. La memoria de esos 43 fallecidos y de los 47 supervivientes, nos empuja a seguir denunciando todas estas irregularidades.
No vamos a desistir en nuestro empeño para que toda la verdad sobre el accidente del 3 de Julio salga a la luz, a pesar del empeño de la juez Nieves Molina, de los dirigentes de FGV y del propio Gobierno Valenciano, en tapar toda la información y quitarle importancia al accidente.
No nos vamos a cansar.
SEGUIMOS ESPERANDO RESPUESTAS.
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