Sin consuelo
Las víctimas, decepcionadas ante las
declaraciones de los exdirigentes del Consell
Beatriz Garrote,
portavoz de la AVm3J
José Jordán
Es difícil explicar que ha supuesto para los miembros de la Asociación de Víctimas del Metro,
e imaginamos que para el resto de víctimas, oír las declaraciones de Víctor
Campos, Juan Cotino y Francisco Camps. No es que nos haya extrañado o
sorprendido que sigan repitiendo consignas. Pero, al fin y al cabo, eran
representantes de nuestro Gobierno en 2006 (de todos, también de nosotros) y
sería deseable que, al menos, 10 años después pudieran mostrar otra actitud. Da
la impresión, oyéndoles, que fabricaron tantas mentiras que ya no saben
regresar.
Así que
prefirieron seguir alabando una gestión ejemplar, como si los ciudadanos y
ciudadanas que sufrimos dicha gestión no llevásemos 10 años denunciado todas
las irregularidades. Lo que más asusta, es que no se dan cuenta que hay
realidades que no se sostienen, que lo que ahora se sabe ya no da cabida a sus
mentiras. Y que ya no tienen a su servicio la maquinaria de unos medios de
comunicación públicos como altavoz de su falsa propaganda.
Pueden
repetir que hubo múltiples oficinas de atención a las víctimas, dando
diferentes versiones, eso sí, porque parece que ya no les es tan fácil
coordinar las respuestas. Pueden incluso llegar a afirmar, como hizo Camps en
un ataque de grandeza “que todo el Gobierno Valenciano en sí mismo era una
oficina donde las víctimas podían acudir en caso de necesidad”. Pero la verdad
es la que es: más allá del pago de las indemnizaciones no hubo ni una sola
atención coordinada para interesarse por las necesidades de las víctimas, ni siquiera
de los heridos. Y eso fue transmitido al señor Campos por escrito; claro que,
según afirmó en la Comisión, no recordaba nuestro documento, supongo que porque
lo guardó en un cajón y no se molestó ni en leerlo.
Se atreven a
afirmar lo orgullosos que están de sus acciones porque “obraron con humanidad”,
atendiendo a las familias que los solicitaban de manera privada. No parece que
después de todo lo que ha llovido (sobre todo encima de ellos), hayan entendido
que los recursos y los medios públicos no se otorgan de modo caciquil a quien
ellos deciden. No comprenden que el hecho de que Juan Cotino visite a las
familias en su casa “porque le da gana y a título personal”, según sus propias
palabras, no es propio de un estado democrático. Y da igual que sus intenciones
fueran piadosas como afirman constantemente.
Más allá de
que en el contexto en el que se hallan algunos personajes sea difícil
presuponer una buena voluntad, no creo que se tenga que entrar a valorar sus
motivaciones. Los hechos por sí solos son inaceptables. Un consejero no debe ir
de peregrinación por las casas ofreciendo trabajo a las víctimas de forma
privada, sin ningún tipo de control ni reporte oficial. La atención a las
víctimas es un derecho de éstas, no una limosna ejercida a capricho de alguien
a nivel personal.
No deberían
seguir negando la falta de seguridad en la línea 1 por un hecho tan evidente
como que ocurrió el accidente más grave de todo el territorio español: no
mueren 43 personas y otras 47 resultan heridas en un transporte seguro. Ni
seguir escondiendo su responsabilidad política tras unos autos judiciales
provisionales cuando la causa sigue abierta. Como tampoco deberían hacer que no
va con ellos cuando les preguntan por el papel de la asesoría HM Sanchis
preparando toda la estrategia de comunicación de FGV y del propio Gobierno
Valenciano sobre el accidente. Francisco Camps ha afirmado que ni siquiera era
conocedor de la existencia de esta agencia de comunicación a la que
Ferrocarrils pagó más de 600.000 euros; y no se ha sonrojado.
Y por encima
de todo, no toleramos que sigan repitiendo que han estado al lado de las
víctimas simplemente porque no lo estuvieron, porque es mentira. No sabemos si
realmente se lo creen de tanto repetirlo; tal vez el presidente Camps haya
olvidado que el 3 de julio de 2007 donde estaba realmente era en la Copa
América, celebrando la victoria del Alinghi y no conmemorando el primer
aniversario del accidente junto con los familiares. O si por el contrario son
unos cínicos redomados y saben perfectamente que nos trataron como indeseables,
negándonos el acceso a las instituciones, retirando la atención psicológica a
pacientes que la seguían necesitando, intentando que no nos manifestáramos en
la plaza de La Virgen, censurándonos en los medios de comunicación públicos,…
Uno de los
peores momentos de la comparecencia fue cuando el presidente Camps, sin
pestañear, afirmó que “su única motivación fue minimizar el dolor de las
víctimas”. Si ese era su objetivo no lo pudo hacer peor. Con la gestión de su
gobierno el presidente Camps alargó innecesariamente el duelo por nuestros
familiares durante 9 largos años; sólo por eso, hubiera estado bien que hubiera
sido la mitad de humano de lo que presume y hubiera hecho un mínimo de
autocrítica.
Eso sí que
hubiera supuesto algo de consuelo.
Portavoz de la Asociación Víctimas Metro 3 de Julio (AVM3J)
Portavoz de la Asociación Víctimas Metro 3 de Julio (AVM3J)
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