El accidente del Metro fue "previsible" y "evitable"
Una inversión de 3.000 euros hubiese podido evitar que el convoy accidentado tomase la curva a demasiada velocidad
Es el dato que ha aportado Vicente Torres, portavoz de la Plataforma Ferrocarril
José Ricardo Cabello, jefe del servicio eléctrico de FGV en el momento del accidente, señaló este viernes que el accidente de metro ocurrido en Metrovalencia el 3 de julio de 2006 era inevitable «el día y a la hora que se produjo». Una versión que contrasta con el testimonio de los sindicatos ferroviarios y del de Vicente Torres, portavoz de la Plataforma Ferrocarril, quien manifestó que, por el contrario, sí era «previsible» y también «evitable» con la programación de «una simple baliza» que habría impedido que el convoy hubiera tomado la curva a 80 km/h y cuyo coste era «asumible», de 3.000 euros.
Cabello indicó que la velocidad fue una de las causas del accidente, pero no sabe cuáles fueron el resto, y aseguró que antes de 2006 las inversiones estaban más centradas en ampliar líneas, y después del accidente se aumentó muchísimo la vigilancia y la seguridad.
Vicente Torres, que recalcó que ejerce de portavoz de una plataforma que reúne a expertos, sindicatos ferroviarios y usuarios, recordó que fue «vetado» en la primera comisión de investigación del accidente en las Cortes, dado que ya entonces desde la entidad sostenían que el accidente no se podía achacar a «la fatalidad» y a un exceso de velocidad, y celebró poder formar parte de esta segunda comisión una década después.
Señaló que el desencadenante del siniestro fue el exceso de velocidad, pero no fue ni el único factor ni el «determinante», sino que «se produjo la catástrofe perfecta sumando todos los ingredientes para hacerla tan terrible». Entre esos ingredientes, el experto apuntó al estado de la plataforma del túnel, el bache o garrote en la curva, la «escasez de material móvil» que hacía que casi todo el parque estuviera en circulación, personal «insuficiente» en talleres, la
«habilitación quizá apresurada de nuevos maquinistas» o la falta de balizas.
En este sentido, criticó que en 2006 se gastaron «406.000 euros en el asfaltado de un solar próximo a València Sud para acoger el aparcamiento de los autobuses»de las personas que acudían a Valencia para ver al Papa durante su visita a la ciudad, una cantidad con la que «se podían haber instalado unas 140 balizas en la red».
Informe
Según dijo Torres, que tras el accidente de Picanya en 2005 elaboró un informe advirtiendo de la posibilidad de nuevos siniestros, en la curva de Jesús el tren no descarriló «al uso», sino que se produjo la rotura de la sujeción de la caja con elbogie, algo que es «evidente», defendió.
Incidió en que la responsabilidad no fue únicamente del maquinista, dado que las medidas de mantenimiento a medida que se ampliaba la red se iban «reduciendo» y se hacía «un uso muy estresante de los materiales».
http://www.elmundo.es/comunidad-valenciana/2016/02/27/56d164ec268e3ee33a8b46e8.html
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