"El tema del libro de averías del accidente del metro ya está solucionado, no habrá ningún problema"
Arturo Rocher, exjefe de seguridad de FGV, oyó hablar sobre la desaparición del libro a la exgerente Marisa Graciay a otro directivo - Reitera que las cámaras de seguridad captaron "intrusiones" en el vagón precintado
12.02.2016 | 19:12
Arturo Rocher, en su comparecencia en la comisión del accidente de metro. Foto: Fernando Bustamante
LAURA BALLESTER | VALENCIA El ex jefe de seguridad de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), Arturo Rocher, ha declarado hoy en la comisión de investigación del accidente del metro en las Corts Valencianes que oyó una conversación entre dos directivos en la que hablaban sobre la desaparición del libro de averías. [Síguela aquí en directo]
En concreto, Rocher ha citado que los dos interlocutores eran la entonces gerente, Marisa Gracia, y el director adjunto de explotación, Vicente Contreras, en la que comentaron que «el tema del libro de averías ya estaba solucionado» y que no habría ningún problema.
Ha recalcado que estaba a una distancia de un metro y medio o dos metros de ellos y lo oyó "perfectamente, sin lugar a dudas". Rocher ha apuntado que "atando cabos se puede llegar a alguna conclusión".
Rocher también ha confirmado que durante las reuniones con la consultora H&M Sanchis para preparar la anterior comisión «se nos adoctrinaba y coaccionaba para que respondiéramos lo que querían que respondiéramos. Si te equivocabas te caía una bronca impresionante. No creo que haya ninguna duda de que se aleccionó a los técnicos»,
Rocher ha relatado que la primera jornada preparatoria con la consultora, el jefe de Línea 1 Sebastián Argente, «dio unas respuestas que no eran las preparadadas y le cayó una bronca impresionante por parte de Vicente Contreras y se bloqueó».
Intrusiones en el vagón precintado
Rocher ha revelado que el personal del puesto de mando le avisó de que tras el siniestro, cuando la unidad siniestrada se encontraba precintada en las instalaciones de València Sud, las cámaras detectaron a varias personas, que vestían monos azules como los utilizados por el personal de FGV, accediendo al convoy.
Rocher ha revelado que el personal del puesto de mando le avisó de que tras el siniestro, cuando la unidad siniestrada se encontraba precintada en las instalaciones de València Sud, las cámaras detectaron a varias personas, que vestían monos azules como los utilizados por el personal de FGV, accediendo al convoy.
Rocher ha explicado que la unidad estaba precintada y cubierta por una lona para protegerla pero cuando llegó por la mañana la persona que manejaba todas las cámaras de la explotación, Javier Manuel Montero, le comentó que había visto esa noche a varias personas durante "bastante tiempo" entrando y saliendo de la unidad accidentada, aunque las cámaras no dejaban ver "con certeza" la cara de estas personas, que sí vestían monos azules de trabajo.
"Para qué se entró lo desconozco, pero lógicamente había un objetivo claro", ha indicado el compareciente,
que ha agregado que días después oyó una conversación en la que el que fuera director adjunto de explotación de FGV, Vicente Contreras, manifestaba a la exdirectora gerente, Marisa Gracia, que lo del libro de averías "estaba solucionado y no había problemas".
Reuniones y comidas
Por otra parte, al ser preguntado sobre las reuniones en las que presuntamente se aleccionó a los comparecientes en la primera comisión del accidente, ha asegurado que les presionaron desde el inicio advirtiéndoles de que tuvieran cuidado porque "lo menos que nos puede pasar es que acabemos despedidos de la empresa o acabemos en la cárcel".
Por otra parte, al ser preguntado sobre las reuniones en las que presuntamente se aleccionó a los comparecientes en la primera comisión del accidente, ha asegurado que les presionaron desde el inicio advirtiéndoles de que tuvieran cuidado porque "lo menos que nos puede pasar es que acabemos despedidos de la empresa o acabemos en la cárcel".
Ha recalcado que había palabras tabú como baliza o deficiencias y se les proporcionaron respuestas confeccionadas e iban uno por uno planteándoles baterías de preguntas. A nivel de anécdota, ha recordado que el que fuera jefe de la línea 1, Sebastián Argente, contestó algo que consideraron "fuera de los cánones" y se llevó "una bronca espectacular, algo insultante" por parte de Vicente Contreras.
Respecto a la comida que se celebró al acabar la comisión de investigación, ha dicho que hubo una primera en Picanya a la que asistieron los que directa o indirectamente habían participado en las comparecencias, personas de la Conselleria y "parecía una auténtica celebración de no sé qué" en la que el vino y la comida eran abundantes y había incluso chistes y comentarios jocosos. "Fue vergonzoso", ha dicho, cuando las víctimas estaban "prácticamente calientes".
La segunda comida fue "más formal" y a ella asistió el entonces conseller de Infraestructuras José Ramón García Antón, que quería "agradecernos cómo había transcurrido el tema de las comparecencias", ha dicho.
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