martes, 4 de diciembre de 2007

Carta Al Sr. Camps Concentración 3/12/07

AL MOLT HONORABLE PRESIDENT DE LA GENERALITAT VALENCIANA, FRANCISCO CAMPS ORTIZ

En el pasado usted se ha negado a recibir a las familias de afectados por el accidente del metro para atender y responder a las preguntas; incluso no quiso presidir ninguna de las 2 únicas reuniones que se mantuvieron entre el entonces vicepresidente Víctor Campos y una representación de la Asociación de Víctimas del Metro del 3 de Julio. Continuamente ha esquivado su responsabilidad de afrontar los hechos considerando también el lado de las víctimas, pero no ha tenido ningún reparo en lanzar mensajes que solo han caído en gracia a sus incondicionales. Dichos mensajes no estaban destinados a las víctimas ni a los familiares, puesto que las víctimas y los familiares le estaban pidiendo algo muy diferente de esos eslóganes de campaña que usted ha estado repartiendo. Pero, ¡claro!, si ni siquiera ha sido capaz de estar para escuchar en primera persona aquello que clamaban y claman las víctimas y los familiares, ¿cómo se va a molestar en hacer nada, ni un solo movimiento, ni un simple gesto, que pueda traer algo de paz a los corazones de esas mismas víctimas y sus familiares?

Quizás usted creía que con algunas llamaditas de teléfono por aquí y por allá, de sus colaboradores de confianza e incluso de usted mismo, bastarían para despistar lo suficiente al personal, para transmitir esa sensación de “estar con las víctimas”, para justificar estas palabras que ha repetido en público en cada ocasión que se le ha presentado. ¿Pero usted se ha creído que somos tontos? ¿Cree que va a conseguir despistarnos de lo que es su responsabilidad? ¿Cree que con unas palmaditas en la espalda con una mano y con treinta y pico millones de pesetas en la otra va a hacernos olvidar que nuestros seres queridos murieron por culpa de la incompetencia, la negligencia, la irresponsabilidad y la falta de inversión de una empresa pública supervisada y dirigida desde un gobierno público?

Usted no hace mucho pregonaba a los cuatro vientos la palabra “confianza”, después de habernos estado dando continuamente con su actitud lecciones de cómo se labra la desconfianza en los poderes públicos. Nos parece a estas alturas un sarcasmo maquiavélico con muy poca gracia. A usted habíamos acudido mediante nuestro anterior escrito (del 4 de enero) tras nuestras primeras decepciones, confiando, creyendo sinceramente que la suya podía ser una mano ejemplar y de confianza que podía torcer el curso de los acontecimientos que estaban tomando los miserables derroteros de la justificación de la incompetencia, de la ocultación de la negligencia, de la pasividad por respuesta, de incluso la negación de la evidencia. Y tras las primeras expectativas creadas, al final nos quedamos con lo mismo que antes teníamos y temíamos. ¿Qué clase de “confianza” pretende usted que tengamos, y más a estas alturas?

No es dinero ni ventajas ni satisfacciones ni compensaciones lo que pedimos. Exigimos responsabilidad, vergüenza, coherencia, dignidad.

Con toda su arrogancia y todo su desparpajo no ha tenido ningún reparo en unirse a las voces que exigen la dimisión de la Ministra de Fomento por lo acaecido en el asunto de las obras del AVE y el servicio de ferrocarriles de Barcelona. ¿Usted? ¿Usted y su gobierno, hermano del gobierno durante el cual padecimos nuestra peor catástrofe de la década? ¡Y eso que allí no ha muerto nadie! A todos nos ha quedado claro que por 43 muertos nadie merece dimitir, ni cesar, ni siquiera mostrar el más leve arrepentimiento, ni levantar la menor lamentación por ninguna decisión (o ausencia de ella) que pudiera haber influido, afectado, condicionado o incluso provocado determinadas condiciones que favorecieron, ¡o no impidieron!, el accidente.

Quizás usted y su gobierno pensaban que con el tiempo se olvidaría todo, que nos cansaríamos de quejarnos y “renegar” y patalear (puesto que de una pataleta parece que creyeron ustedes que se trataba).

No olvidamos, en absoluto. Ni siquiera olvidamos que las reclamaciones que fueron presentadas por escrito ante Víctor Campos en marzo de 2007 siguen estando sin responder por parte de su gobierno.

Adjunto a esta carta le remitimos el documento entregado en mano a Víctor Campos, para que quede constancia en Registro, y le exigimos que sea respondido debida y satisfactoriamente por el mismo medio: por escrito, al domicilio social de la Asociación. No se moleste en telefonear. Ya solo nos vale lo que encontramos escrito y firmado.

Valencia, a 3 de diciembre de 2007

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