viernes, 24 de junio de 2016

Comisión Parlamentaria 23/05/2016 LEVANTE-EMV Tres víctimas del metro resumen en 9 horas diez años de «maltrato»

Beatriz Garrote asegura en las Corts que «no se pudo hacer peor» - Francisco Manzanaro relata la oferta de trabajo de Cotino y que se sintieron «machacados» - Enric Chulio detalla la «encerrona de Camps»

   
La Clave
  • El PP pide documentos a Instrucción 23, un juzgado que ni existe

    El PP enarboló la bandera de la "transparencia", aunque se negó a apoyar la comisión de investigación, al reclamar que se incorporen 20 documentos nuevos. Entre ellos las diligencias del "Juzgado de Instrucción 23" (sic), a pesar de que sólo existen 21 y éste último es el que investiga la causa. El resto de partidos apoyó la petición de información excepto la "que ya se encuentra a disposición de las Corts y que deberían estudiar mejor", ironizó Ana Barceló (PSPV) o datos que nada tienen que ver con el metro, como el despido del exjefe de seguridad de FGV Arturo Rocher (después readmitido).
Las víctimas del metro han tenido que esperar nueve años, diez meses y veintiún días para poder explicar en una institución oficial cómo vivieron en primera persona el accidente que les arrebató a sus 43 familiares. Ninguno de ellos participó en la comisión paripé de 2006. Sólo Beatriz Garrote pudo intervenir unos minutos en el intermedio del pleno celebrado el 3 de julio de 2015 que aprobó la nueva comisión de investigación en las Corts. Una deuda que se saldó ayer con la intervención durante nueve horas de dos de los tres presidentes que ha tenido la Asociación de víctimas del metro 3 de julio (Avm3j), Enric Chulio (2006-2008) y Beatriz Garrote (2008-2015), y un tercer miembro de la entidad, Francisco Manzanaro.
Los tres pudieron relatar las horas de angustia y desesperación que vivieron aquel aciago 3 de julio de 2006, que cambió sus vidas para siempre. Y las razones que les llevaron a organizar la Avm3j. Ante «las prisas por cerrar [el accidente] y por lavar la cara de FGV», explicó Beatriz Garrote a Fabiola Meco (Podemos), en una emotiva comparecencia que humedeció todos los ojos en la sala de comisión de las Corts. «Peor no se pudo hacer», sentenció la actual portavoz de la Avm3j al responder a Isaura Navarro (Compromís). Desde el primer día. Beatriz Garrote criticó el funeral de Estado con los Reyes el 4 de julio, con los cuerpos aún por entregar a las familias, la invasión de los periodistas a la intimidad de las familias, las reparaciones en la zona del accidente que comenzaron la madrugada del 4 de julio, la visita de la Policía Local a una familia de Paiporta, desgarrada por la muerte de una madre, para que fueran a la misa del Papa o la comisión de investigación que concluyó que «la Línea 1 era segura cuandos estaba claro que algo no funcionaba bien, si murieron 43 personas». O escuchar las lágrimas que el Consell decía derramar. «Yo no esperaba que Camps llorara por mi hermana [fallecida en el siniestro] sino que nos dijera la verdad sobre el accidente». Después vendría el ninguneo a las víctimas. «[El vicepresidente del Consell] Víctor Campos nos dijo que la reunión con Camps nunca se iba a producir y que esa foto nunca la íbamos a tener». Fue, en definitiva, «una gestión que no es para incluirla en un protocolo de atención a las víctimas. Se nos ha hecho sufrir mucho al ver que las cosas no estaban bien gestionadas. Querían que nos quedáramos con el buenismo y que pensáramos que todo se hacía bien», aclaró Garrote a Ana Barceló (PSPV).
Aunque las víctimas no buscaban la foto con Camps, como recordó Enric Chulio, primer presidente de la Avm3j. «Buscábamos respuestas y que se hubiese sentado con todos nosotros, como sí que hicieron Campos y [Alberto] Fabra», explicó al diputado Alexis Marí (Ciudadanos). Chulio relató la reunión «encerrona» que mantuvo con Francisco Camps a finales de febrero de 2007, así el jefe del Consell pudo alegar en un pleno del 8 de marzo que sí se había reunido con las víctimas. Chulio transmitió a Camps la petición de dimisiones que planteaban la Avm3j, las mejoras en el transporte público y las aclaraciones sobre el accidente. «Sobre las dimisiones me dijo que ya lo iríamos viendo». El furtivo y sorpresivo encuentro finalizó con el compromiso de Camps de volver a recibir a las víctimas. Nunca lo hizo. Sólo se enfrentó cara a cara con ellas por primera vez el pasado 16 de mayo. Enric Chulio también recordó el episodio del «monolito de la vergüenza», erigido en memoria de las víctimas junto a la antigua estacioneta de Jesús que ha servido de «pipican» durante años. «El día de la inauguración del monolito (el 2 de julio de 2007) fue el origen de nuestra indignación, porque todo se hizo de espaldas a la ciudadanía y a nosotros». Aunque, defendió Chulio, «lo hubieran tenido muy fácil si se hubieran sentado con nosotros para buscar una salida y entablar un diálogo, no habríamos tenido que llegara hasta aquí».
A Francisco Manzanaro le correspondió contar las famosas visitas de Juan Cotino a algunas familias de víctimas. «Sabían todo de nosotros: mi trabajo, el de mi cuñada y que mi hijo se acababa de licenciar. Me ofreció un trabajo para él en una empresa pública o en una de su familia. Y acto seguido me preguntaron qué iba a hacer con la denuncia judicial». Manzanaro ratificó el ninguneo que ha sentido estos diez años: «No me he sentido respaldado, ni respetado ni apoyado. Nos han machacado», replicó a Alfredo Castelló (PP). Y desveló que «sobre todo me molestó lo que nos dijo Víctor Campos: "Que si no estábamos de acuerdo con la indemnización que había solución para todo" y la respuesta de González Pons en 2007: "las urnas nos han absuelto"».
 

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