TRES DE JULIO
En el país de las almas
Las miradas heridas
Cuentan la historia más triste
Hoy yo también soy víctima
Esta mañana de julio
Llamo a mi hija
Usuario de la línea uno.
Y los segundos entre tono y tono son horas, días, años, siglos.
Yo tuve suerte.
Tengo respuesta
En el auricular una voz
Estoy bien “Papi”
Y sin embargo lloro.
Estamos llorando los dos.
Aquí lloramos todos.
Por ella, por los heridos, por los que se fueron.
Por todos.
Nuestro llanto, nuestras lágrimas
Están en los peldaños de la estación.
En la escalera.
En el andén.
En los billetes rotos.
En las lámparas fundidas.
En los abismos y precipicios que crean la muerte.
Junto a las señales y las sirenas.
Las pesadillas y la memoria de los inocentes.
La sangre es un río que multiplica el dolor,
Crean océanos donde las orillas no duermen.
Porque siempre el oleaje de la memoria
Estará con todos.
Y todos seremos cercanías a cada instante,
del precipicio de la angustia crecerán las flores
Para que en “Jesús” la esperanza y el recuerdo
Salude día a día a los trenes sin regreso.
A las victimas de la línea uno
Que somos todos
José Montoro
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