martes, 7 de julio de 2009

Textos actos aniversario accidente 03/07/09

ÉRAMOS TAN INGENUOS

(Os pido perdón porque he escrito algo muy deprimente, y lo que es peor, ¡muy largo!

No espero vuestra aprobación y aviso ya de que probablemente va a incomodaros)

¿Cómo fuimos tan ingenuos? ¿Cómo pudimos creer que encontraríamos justicia?

¿Cómo confiamos que se investigaría seriamente hasta aclarar toda la verdad?

¿Cómo permitimos que nos hicieran tragar esta... ¡chapuza!?

De mi experiencia, de mi trauma, no me nace recomendaros que si algo así os sucediera a vosotros que salgáis a luchar, no; lo que me sale de verdad del corazón es aconsejaros que crucéis los dedos y que repitáis una y otra vez “ojalá nunca me pase a mí”.

Al fin y al cabo la mayoría de los valencianos es lo que han hecho, y luego mirar para otro lado y seguir con sus cosas. Dirán lo que dirán, pero es lo que han hecho.

No ha ocurrido porque seamos valencianos, sino simplemente porque somos humanos; la denominación geográfica aquí no ha tenido nada que ver (aunque algunos penséis que sí). Tenemos tendencia a reaccionar solamente cuando algo nos golpea de lleno o cerca. Y sólo reaccionamos momentáneamente.

Ahora aquí estáis muchos pero sé que en las próximas concentraciones volveremos a estar los de siempre, que bien mirado tampoco somos tan pocos, ¡y nos mantenemos!

Reaccionamos lo justo hasta acomodarnos de nuevo. Y esto lo saben muy bien los que nos estudian, y los que nos necesitan cada cuatro años, que en teoría trabajan para nosotros (de uno y otro bando). Y lo saben manejar muy bien; bueno, unos mejor que otros, incluso otros nada de nada; pero en general lo manejan bastante satisfactoriamente para sus objetivos, especialmente para sus fans (de uno y otro bando).

Siempre, desde la fundación de la asociación, he sostenido que aquello que hiciéramos debemos hacerlo por nosotros mismos, cada uno por uno mismo, no por los que se fueron, y menos aún por la sociedad, para que la sociedad reaccione. Con el tiempo tristemente hemos comprobado lo que para nuestra sociedad significamos.

Tampoco me esperaba este extremo: creía verdaderamente que la sociedad valenciana iba a dar un giro a su forma de supervisar a sus propios administradores. Pero no basé mi fuerza en esta idea, sino en que estaba haciendo lo que sentía en mi interior que tenía que hacer: si algo no me gusta cómo funciona, o no es justo, intento cambiarlo para que al menos mejore. Esta ha sido siempre mi convicción.

Yo por mi parte seguiré aquí, por convicción propia, y me da ya igual cuantos vengáis. Igualmente me da igual si discrepáis de lo que digo o si no estáis de acuerdo con lo que voy a seguir diciendo.

Ahora me pregunto, ¿dónde están los que clamaban venganza? Sí, los que gritaban “asesinos” los primeros meses. La mayoría hace tiempo que se esfumaron. Una vez pasada la rabia, ¿qué ha quedado? Yo también he pasado el duelo, y una de las fases más evidentes y tempranas es la de la rabia, y he procurado también expresarla y no reprimirla. Pero, ¿necesitábamos una asociación para expresar rabia? ¿para insultar más fuerte? Nunca he aprobado cometer actos vandálicos para ningún tipo de protesta, porque para eso no hace falta ninguna asociación sino que basta solamente con ser un vándalo.

¿Cómo hacer que una reivindicación cuaje más allá de una mera queja, incluso de una protesta? Amparo, Bea, Rosa, Ana... lo han logrado admirablemente, porque han hecho lo que todo ciudadano tiene que hacer, ¡tendríais que hacer! Ponerse manos a la obra para sacar adelante ideas concretas, específicas y prácticas, buenas para todos.

¿Cuántos de vosotros presenciáis cualquier suceso que os disguste o moleste en vuestra propia ciudad, o nación, y después de mascullar algún lamento, incluso algún improperio, seguís vuestro camino sentenciando “es que todos son iguales”? Yo sé que aquí, entre vosotros, habéis venido algunos que pertenecéis e incluso coordináis otras asociaciones de ciudadanos que lucháis por mejoras para todos o contra injusticias flagrantes, y sabéis de qué estoy hablando. Pero los demás, ¡también sabéis de qué estoy hablando!

No hace tanto yo era confiado e idealista hasta la ingenuidad como tantos otros. La experiencia me ha hecho ver claro que no debo fiarme ni de los que ostentan el gobierno, ni de los que aspiran a ostentarlo, ni de los que deben administrar justicia, ni menos aún del respaldo social, ni tampoco de los medios de comunicación. Desde hace tres años sólo puedo fiarme de los que arriman el hombro, aparte de mi hijo y mi familia más próxima, que siempre está a mi lado, y cuatro amigos.

Aun así en este punto he de reconocer y agradecer el apoyo de unos pocos (muy pocos) ciudadanos, periodistas e incluso políticos que habéis acudido concentración tras concentración; me ha quedado claro hace tiempo que de verdad vuestra implicación e identificación es muy personal y sincera.

Durante tres años he estado repartiendo leña, tanto al gobierno valenciano como a la oposición, a los que deberían impartir justicia, y con el tiempo también a los medios de comunicación.

- Al gobierno valenciano, es obvio, ya sabéis por qué.

- A la oposición, por no estar a la altura de su propia responsabilidad, y estoy disponible para aclarárselo a quien haga falta las veces que haga falta, con ejemplos y todo.

- A los que deberían impartir justicia, porque lo único que han demostrado que hacen es despachar lo que encaja con la legalidad vigente, o quitarse de encima cuanto antes los asuntos, o las dos cosas a la vez, y para nada importa llegar hasta el final para aclarar toda la verdad.

- Al respaldo social, porque he comprobado en qué queda la movilización por el interés común, y no merece la pena seguir hurgando en la llaga.

- Y a los medios de comunicación, porque en definitiva somos otro contenido más, puntualmente cuando hay alguna novedad, dentro del negocio del trasiego de información al que se dedican; salvo los pocos periodistas (con una mano los cuento) que nos han demostrado su implicación personal una y otra vez.

- Y ahora, además, también os reparto leña a vosotros. ¡Lo que faltaba!

Acabo con la recomendación que os hacía al empezar: cruzad los dedos, o buscad madera que tocar si lo preferís, o las dos cosas, y repetid una y otra vez “ojalá nunca me pase a mí”. Y seguid con lo vuestro. Así siempre tendremos los gobernantes, la oposición, los jueces, la sociedad y los medios de comunicación que nos merecemos. Y así nadie se sentirá defraudado.

Enric Chulio Pérez

Valencia, 3 de julio de 2009

2 comentarios:

Anónimo dijo...

EN MI OPINIÓN, LA PROXIMA MANIFESTACIÓN DEBERÍAN CONVOCARLA EN LA CALLE POETA QUEROL, JUSTO FRENTE A LLADRÓ. EN EL MISMO DOMICILIO DEL PRESIDENT. VERÍAS TÚ ENTONCES LA TRASCENDENCIA MEDIÁTICA DE LA NOTICIA Y LA CARA DE VERGúENZA DEL MOLT HONORABLE, SI ES QUE LA TIENE.

UN SALUDO Y ADELANTE.

Anónimo dijo...

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http://img107.imageshack.us/img107/585/camps2.jpg

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