jueves, 4 de diciembre de 2008

Texto concentración 3 diciembre 2008

Son ya 25 las concentraciones que ha realizado la Asociación de víctimas del metro del 3 de Julio. 25 meses pidiendo una investigación REAL del accidente, y que los responsables de esas 43 muertes dimitan de sus cargos.
23 meses desde que solicitamos una reunión con el Presidente de la Generalitat, y 23 meses en los que hemos sido ignorados.
Y cuando han pasado 30 meses desde que perdimos a nuestros seres queridos, nosotros nos preguntamos:
- Si entre esos fallecidos se encontrara el hijo, padre o hermano de alguno de los dirigentes de FGV, ¿Seguirían en sus cargos pensando que han hecho bien su trabajo? ¿Denunciarían entonces, todos los fallos en la gestión de la red ferroviaria? ¿Aparecería por fin, alguna de las 3 copias del libro de averías?
- Si entre esos jóvenes que viajaban en el metro, hubiese estado el hijo de cualquier miembro del gobierno, ¿seguiría diciendo que el accidente fue “mala suerte”? Y cuando su mujer se preguntara cómo fue posible que ese vagón alcanzara la velocidad necesaria para descarrilar, seguiría contestando que el metro ES Y ERA SEGURO y quien diga lo contrario es porque quiere atacar al Partido Popular?
¿Hubiera exigido entonces a los dirigentes de FGV que dimitieran de sus cargos por hacer su trabajo a medias? A medias, porque sólo se ocuparon de hacer seguras las Líneas 3 y 5, dejando en manos de la suerte las vidas de los usuarios de la Línea 1.
¿Se lamentaría entonces, de haber permitido en 2001 el desvío a Tierra Mítica de la partida presupuestaria correspondiente a Infraestructuras? Si el dinero hubiese llegado a FGV, se podría haber invertido en mejorar la línea más antigua, la Línea 1.
¿Sería capaz de decirle a su mujer, con la mano en el corazón, que ha hecho todo lo posible para averiguar qué pasó en el túnel del metro el 3 de Julio de 2006? ¿Sería capaz de decirle a esa madre rota por el dolor, que no está presionando para que las verdaderas causas del accidente se silencien?
¿Actuaría en ese caso de acorde a su cargo de Presidente de la Generalitat Valenciana, y exigiría a su Conseller de Infraestructura y Trasporte, como presidente de FGV, averiguar POR QUÉ la baliza situada antes de la curva de entrada a la estación de Jesús NO ESTABA PROGRAMADA? ¿Quién decidió que las balizas de las Líneas 3 y 5 sí estén programadas para evitar el exceso de velocidad, y la Línea 1 no?
Si fuese su hijo el que hubiese muerto, ¿buscaría los responsables de que esa curva, catalogada como punto negro de la red ferroviaria, no estuviese protegida con un sistema de seguridad eficaz que no permitiese a ningún vagón alcanzar la velocidad suficiente para descarrilar
Y a su mujer, ¿le daría la oportunidad de exponerle sus dudas respecto a la investigación? ¿o también le negaría una reunión?

Son preguntas que se quedan en el aire de momento. Porque si Francisco Camps, los dirigentes de FGV, y el Gobierno Valenciano, siguen sin reconocer que la Línea 1 no es, ni era segura, no harán nada por evitar que otro vagón pueda alcanzar la velocidad suficiente para descarrilar y puede que ese día, viaje en el metro algún hijo, madre o hermano de estas personas que aún hoy mantienen que el accidente era Inevitable e Impredecible. O quizás no. Quizás se sientan seguros porque “ellos” no viajan en metro.

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