El 3 de Julio de 2006 tuvo lugar el mayor accidente de metro ocurrido en España, y dejó de manifiesto que en la Línea 1 del metro de Valencia, no existían medidas de seguridad efectivas; a pesar de las continuas denuncias de los sindicatos y trabajadores, y la repetición de incidentes, accidentes, averías y problemas mecánicos
Tres años y medio después, la Generalitat Valenciana sigue haciendo oídos sordos a las demandas sindicales, presentadas por escrito ante el Comité de Seguridad en la Circulación, para que se protejan con balizas dos señales de velocidad en la Línea 1. Las señales sólo informan de la prohibición de circular a velocidades superiores a las que se señalan en las placas, pero en el caso de que suceda algún imprevisto, no frenan los trenes.
Es una situación calcada a la que se vivió en el accidente del 3 de Julio de 2006. En el túnel donde se produjo el accidente con el resultado de 43 muertos y 47 heridos, existía una señal de precaución de 40 kilómetros por hora antes de superar la cerrada curva que da paso a la estación de Jesús. La señal no estaba protegida con una baliza programada para frenar al convoy en el caso de que circulase a mayor velocidad de la permitida, y el tren cogió la curva al doble de la velocidad permitida, sin que ningún sistema de seguridad lo frenara.
Tras el siniestro, se decidió que las señales de precaución debían protegerse con balizas de frenado, y a pesar de que el Sindicato Independiente Ferroviario ha solicitado en tres ocasiones por escrito que se instalen las balizas, FGV no acepta instalar estas balizas, por lo que sigue existiendo aún el riesgo de que se repita el accidente.
Es imprescindible identificar las deficiencias materiales, de mantenimiento o de gestión que puedan haber hecho posible este terrible accidente, para que no se vuelva a repetir.
No es aceptable que el factor determinante en la seguridad en la Línea 1 sea la atención constante de los maquinistas; la tecnología está para prevenir los posibles fallos y los descuidos de las personas.
Y los acuerdos están para cumplirlos.
Si FGV acordó proteger las señales con balizas, que lo haga. Sin excusas.
Y si el Gobierno Valenciano se comprometió durante la Comisión de Investigación, a crear una Ley de Seguridad Ferroviaria, es inaceptable que después de tres años y medio, esta Ley sigua sin existir.
Si el Gobierno Valenciano no tiene interés en mejorar la seguridad de los millones de usuarios de la Línea 1, que lo diga claramente. Basta ya de promesas incumplidas, y de palabras bonitas dichas en los medios de comunicación, que quedan en nada en cuanto se apagan los focos.
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